Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
CARTAS AL DIRECTOR

A los responsables de investigación

A los responsables de investigación del Gobierno, de las comunidades autónomas, de las universidades y organismos públicos de investigación:

¿Qué se siente al poder cotizar a la Seguridad Social? ¿Qué se siente al tener el respaldo del subsidio de desempleo por si las cosas van mal? ¿Qué se siente al poder cuidar (o su pareja) de un hijo durante al menos unas semanas después del parto gracias al permiso por maternidad remunerado? ¿Qué se siente al tener derecho a baja por enfermedad?

Al colectivo de jóvenes investigadores predoctorales y posdoctorales se le siguen negando estos derechos básicos, como se demostró el martes 19 en el Senado con el rechazo, con votos en contra del PP, de una moción presentada por el Grupo Mixto-IU. Durante años (4, 6, 8, 10... ) trabajamos en ausencia de estos derechos, que prácticamente sólo podemos ahora lograr si abandonamos la investigación. Y se les llena la boca hablando de la importancia de la investigación para el desarrollo científico, tecnológico y social de un país. ¿Una investigación sin investigadores?

Utilizan tres argumentos para esta negación: uno, el 'yo también fui becario', como si eso diera vía libre para actuar; dos, el 'es una mili por la que hay que pasar'. Probablemente muchos de los responsables fueron becarios, sí, y también hicieron la mili. Pero hoy la mili ya ha desaparecido y los derechos laborales y sociales deberían ser derechos reconocidos para todos los trabajadores, también para los investigadores. La figura del becario es, simplemente, un ahorro; el uso de mano de obra barata, sin derechos, siempre será más rentable. El tercer argumento que manifiestan se refiere a que el periodo predoctoral es de exclusiva formación y, por tanto, no hay prestación de servicio. Si los becarios predoctorales nos negáramos a trabajar durante un tiempo se vería afectada nuestra tesis, sí, pero les puedo asegurar que el trabajo investigador y docente, y los proyectos y publicaciones de nuestras universidades y OPI, se verían también muy mermados. ¿Hay o no prestación de servicio junto a un carácter formativo que no negamos?-

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 26 de junio de 2001