Desde que el príncipe de Gales besara en público por vez primera la noche del pasado martes a Camilla Parker Bowles, las apuestas sobre una posible boda de la pareja han vuelto a proliferar en el Reino Unido. El ósculo en cuestión, fugaz y en la mejilla, fue de lo más casto, pero demuestra que el heredero del trono inglés sigue empeñado en que nada entorpezca su relación con la mujer que le ha apoyado durante las tres últimas décadas. Con todo, Carlos y Camilla no tenían muy claro si besarse o no en la fiesta organizada con motivo del 15º aniversario de la Sociedad Nacional para la Osteoporosis, de la que ella es patrona y a la que él estaba invitado. Después de mucho pensarlo, decidieron que un beso cortés era mejor que una reverencia por parte de Camilla al príncipe. La que sí fue recibida con dicho honor fue la reina Rania de Jordania, presente en la cita, lo mismo que los ex reyes Constantino y Ana María de Grecia. La fiesta iba a organizarse en 1997, dos semanas antes de la muerte de Diana de Gales. Camilla se recluyó de inmediato y ha recorrido un largo camino desde entonces para ser aceptada como la pareja oficial de Carlos de Inglaterra.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 28 de junio de 2001