Ayudados de silbatos y con un lazo verde prendido en la ropa, 5.000 vecinos, según fuentes de la policía local y casi 7.000 según los organizadores, recorrieron ayer a partir de las 19.30 las calles de Mislata. La sinfonía de los silbatos se acompañaba de un estribillo: 'Drogas no, Mislata limpia'.
La manifestación congregó a jóvenes, madres con niños en sus carritos, personas mayores, estudiantes y comerciantes para gritar con una sola voz que el tráfico de drogas y su consumo en lo que debiera ser el Parque de Cabecera, así como la delincuencia que acompaña a esa realidad, deben desaparecer. 'No podemos más'. 'Estamos hartos'. 'Han convertido nuestro pueblo en el abastecedor de droga de Valencia'. 'Cada rincón es un peligro, los atracos se suceden día a día y nadie hace nada. ¿Dónde está Rita Barberá? ¿Dónde está el subdelegado del Gobierno'. Ésas y otras muchas eran las frases de repulsa y las preguntas retóricas que se escucharon a lo largo del recorrido.
La marcha se inició en la esquina más próxima al descampado por el que cada día transitan más de 1.000 toxicómanos y donde los traficantes, según fuentes vecinales, hacen una caja de más de diez millones de pesetas con la venta de heroína, cocaína y otros estupefacientes.
Lo de Mislata ya no es, para los vecinos, un mercado de droga sino un hipermercado. Y el rechazo colectivo ha sido organizado por la Asociación Vecinal Favara, la Asociación Vecinal l'Horta Oest, la Agrupación Vecinal de Mislata y la Asociación de Vecinos de Campanar, ésta última con una importante representación. La manifestación, que acabó ante La Casa de la Vila, se prolongó durante más de una hora y el único incidente registrado fue en la calle de Ramón y Cajal, donde al paso de los protestantes lanzaron huevos desde varias ventanas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 28 de junio de 2001