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Entrevista:JUAN ANTONIO MAESSO | DIRECTOR DEL FESTIVAL DE ITÁLICA

'Sevilla sufrió tras 1992 un retortijón del que empieza a recuperarse'

Juan Antonio Maesso (Ciudad Real, 1949), director artístico del Festival Internacional de Danza de Itálica, trabajaba en promoción cultural en Sevilla a mediados de los ochenta, cuando le tocó organizar una actuación de Carolyn Carlson, una institución de la danza contemporánea internacional, en el teatro Lope de Vega. Ver bailar a una de las grandes fue una revelación; pero comprobar que en el patio de butacas apenas había 40 personas fue una decepción. Ahora, tras dos décadas programando danza en Sevilla, sabe que Carlson agotaría las localidades. El Festival de Itálica, el primero dedicado a la danza en España, ha vivido momentos bajos pero acaba de renacer. El ciclo, organizado por la Diputación de Sevilla, y que este año se ha convertido en bienal, puede verse en el Real Alcázar hasta finales de julio.

Pregunta. El Festival de Itálica ha atravesado momentos muy bajos después de la Exposición Universal de 1992, ¿se ha recuperado definitivamente con la vuelta a la dedicación exclusiva a la danza?

Respuesta. Voy a responder con una metáfora borgiana. Como en el cuento La rosa de Paracelso, el festival es igual que la rosa, renace de sus cenizas sólo si tenemos plena confianza en él. De lo contrario, desaparece. Sevilla sufrió tras 1992 un retortijón del que empieza a recuperarse ahora. Lo bueno es que hay voluntad política de mantener el festival. La Diputación lo creó para la danza, el teatro y la música en 1981; pero de verdad adquirió identidad en 1988, cuando la entonces diputada de Cultura Isabel Pozuelo apostó por la danza en solitario.

P. La colocación del escenario en el Patio de la Montería del Real Alcázar ha recibido críticas por parte del Partido Popular, dicen que perjudica el monumento...

R. El escenario y las gradas se han montado con un cuidado exquisito. Contamos con el mejor equipo técnico de la ciudad y cumplimos todos las reglas del Patronato del Real Alcázar. Nosotros no hemos recibido quejas de nadie.

P. ¿En qué ha cambiado la danza contemporánea española desde 1988?

R. En los ochenta, España vivió una efervescencia cultural importante.Los bailarines y coreógrafos que habían tenido que marcharse para poder trabajar, regresaron y eso dio lugar a obras que copiaban demasiado lo que se hacía en Europa. Después, con la madurez, coreógrafos como Cesc Gelabert, Nacho Duato, Àngels Margarit, Víctor Ullate, Ramón Oller o La Ribot han creado un corpus artístico propio y eso es muy interesante.

P. ¿Para qué le ha servido a Sevilla el festival?

R. Para que esta ciudad autocomplaciente, casi siempre, se abra a otras experiencias y sienta de vez en cuando un escalofrío de modernidad.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 30 de junio de 2001