En poco menos de un mes, hemos visto tragedias, accidentes y partos indeseados. Sin ser pesimista, habrá cada vez más. Convendría un cursillo de primeros auxilios que prepare a los jóvenes (y menos jóvenes) a asistir a los afectados, mientras se espera a los especialistas. Una mujer embarazada, un accidente de tráfico, un estado etílico, etcétera, pueden ocurrir en cualquier momento y en cualquier lugar. Tareas nobles y que se aprenden en muy poco tiempo. En el Bachillerato o en la Facultad, se podría añadir como una asignatura más, sin ser aburrida. Estar preparado para actuar ante situaciones parecidas es en sí un reto para lo que se llama 'civilización'. En realidad es una iniciativa antigua, pero que hay que renovarla de vez en cuando, para que la amnesia no se convierta en fuerza y la memoria en debilidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 30 de junio de 2001