Miles de viajeros se vieron atrapados ayer durante horas, en pleno inicio de las vacaciones veraniegas, en los aeropuertos de Palma de Mallorca, Ibiza y Mahón debido a la primera jornada de la huelga de tres días convocada por los conductores del transporte discrecional en demanda de mejoras salariales.
Los huelguistas incumplieron los servicios mínimos y paralizaron un millar de autocares, por lo que los 70.000 viajeros llegados a las islas, en su mayoría turistas, tuvieron que hacer largas esperas hasta conseguir ser trasladados a sus respectivos destinos en taxis fletados por los empresarios.
Las negociaciones quedaron rotas tras un último intento de mediación del Gobierno autónomo y la huelga se prolongará, previsiblemente, dos días más. Los empresarios calculan las pérdidas en 10.000 millones de pesetas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 30 de junio de 2001