El ex jefe policial brasileño que hace ocho años dirigió un asalto en la cárcel de Carandirú, en São Paulo, en la cual murieron 111 reclusos, fue condenado ayer a 632 años de cárcel por un jurado popular que lo encontró autor de la matanza. Ubiratan Guimaraes, al mando de unos 120 policías armados con subfusiles, ocupó el 2 de octubre de 1992 la cárcel de Carandirú, la mayor de América Latina, y puso fin a un motín.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 1 de julio de 2001