Los efectos del primer día de huelga de los trabajadores del servicio de recogida de basuras de Benidorm comienzan a notarse en la capital de la Costa Blanca: unas 200 toneladas de residuos urbanos se acumulaban ayer en las calles de la ciudad, ante las protestas de los ciudadanos y de los comerciantes.
La situación puede tornarse más caótica ante las cuatro jornadas consecutivas de paro que se avecinan, de no mediar antes un acuerdo. Esta posiblidad parace lejana, ya que las posturas entre los trabajadores de FCC y la empresa sobre el convenio colectivo siguen sin distantes. El fin de semana se reanudará el trabajo, pero si el acuerdo no llega antes del lunes, los paros seguirán con la misma frecuencia: cinco días de huelga por cada dos trabajados.
El alcalde de Benidorm, Vicente Pérez Devesa, del PP, se ofreció ayer como mediador en este conflicto, 'siempre que haya voluntad de entenderse y puntos de convergencia entre las partes', matizó. Al cruce de declaraciones se sumó también el grupo municipal socialista que hizo responsable al Ayuntamiento de 'ser incapaz de exigir a la empresa que cumpla con sus compromisos y, por tanto, el pliego de condiciones'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 3 de julio de 2001