Los escritores Eduardo Mendoza y Jasone Osoro, premios Euskadi de Plata por El tocador de señoras (Seix Barral) y Korapiloak (Elkarlanean), coincidieron ayer en hacer una misma reflexión durante el acto de entrega de los galardones de la 26ª Feria del Libro de San Sebastián. Ambos ensalzaron el 'sentido especial' de este reconocimiento, que otorga cada año el Gremio de Libreros de Guipúzcoa a las obras más vendidas en castellano y euskera y proviene de la confianza de los lectores. 'Para mí, un libro no está vivo hasta que llega al lector. Por eso este premio tiene un sentido especial', dijo la joven escritora.
Mendoza, autor de La ciudad de los prodigios o La verdad del caso Savolta, no pudo asistir al acto, pero se encargó de hacer llegar a través de una misiva el mismo mensaje. 'Cuando uno se empeña en escribir novelas un poco estrambóticas agradece especialmente los premios, porque son fruto de la complicidad antes que de otros criterios más estrictos y formales', aseguró el escritor bercelonés por boca del director general de la editorial Seix Barral, Adolfo García Ortega. No era sólo un agradecimiento al lector sino también a quienes recomiendan libros tras un mostrador. 'El que viaja fuera de su propio territorio, e incluso dentro, tiene siempre un refugio en las librerías y un amigo seguro en el librero'. Y tranquilizó al sector ahora que se lamenta porque vive inmerso en una crisis. 'No creo que el librero sea una especie en peligro de extinción: al contrario, a la vista de lo que nos aporta el progreso, les auguro una edad de oro', señaló el autor de la obra más vendida en castellano.
Entre quienes escucharon sus palabras estaba el presidente del Gremio de Libreros de Guipúzcoa, José Manuel Vilas, quien dejará el cargo esta semana. Vilas describió una situación poco halagüeña para el sector y aprovechó para pedir al Gobierno vasco que incremente sus ayudas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 3 de julio de 2001