Un fuerte eje entre España y México, bendecido y potenciado por Washington en virtud de las especiales relaciones que los líderes de esos dos países creen haber establecido con el presidente de Estados Unidos, George Bush, es la fórmula que el presidente del Gobierno español, José María Aznar, propuso ayer en Monterrey como garantía de estabilidad y motor del desarrollo de América Latina. 'Tenemos que ejercer conjuntamente la capacidad de liderazgo que nos corresponde por nuestra situación estratégica, nuestro diálogo político y nuestra pujanza económica', afirmó Aznar en la última etapa de su gira mexicana.
Junto al planteamiento retórico de este viaje, que tendrá que ser sometido a la prueba de la práctica, como la propia capacidad de México de consolidar su posición comercial privilegiada a través de los acuerdos firmados con EE UU, Canadá, la UE y el mundo iberoamericano, cabe destacar un resultado concreto: la designación de sendos interlocutores para que la cooperación bilateral en la lucha contra ETA, las mafias de la droga y el blanqueo de dinero progrese de modo acelerado. Los interlocutores serán el secretario de Estado de Seguridad, Pedro Morenés, y el consejero de Seguridad Nacional mexicano, Adolfo Aguilar.
Un modesto acuerdo de cooperación en materia de turismo, con unos 190 millones de pesetas de financiación española, y un proyecto de creación de una fundación de apoyo a la pequeña y mediana empresa, con unos fondos de 15 millones de dólares (unos 3.000 millones de pesetas), son otros discretos resultados de esta visita orientados a potenciar un entramado de relaciones económicas bilaterales cuyo desarrollo es fundamental para que funcione el proyecto político.
Visita a Monterrey
Para subrayar la importancia fundamental de ese apartado económico de las relaciones, Aznar, que se despidió el martes en Ciudad de México del presidente Vicente Fox, dedicó ayer la última jornada de su viaje a Monterrey, capital del Estado de Nuevo León, símbolo del desarrollo industrial y tecnológico mexicano. Acompañado por el presidente de Iberdrola, Íñigo de Oriol, el jefe del Gobierno visitó las obras de la central térmica por gas natural que Iberdrola está construyendo, con una inversión proyectada de 120.000 millones de pesetas y una potencia de 1.000 megawatios, capaz de satisfacer un tercio del consumo de Madrid y la mitad de Nuevo León. Esa compañía, que también construye otra central de 1.000 megawatios en Altamira, prevé tener en 2005 una potencia instalada de 5.000 megawatios.
Aznar pronunció una conferencia, transmitida por Internet a muchas universidades del país, desde el Instituto Tecnológico de Monterrey, el mejor centro de estudios técnicos de América Latina. El presidente predicó a los estudiantes las virtudes del libre mercado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 5 de julio de 2001