Por qué nadie se mete con los estancos por vender tabaco y se deja a los farmacéuticos rebelarse contra las leyes (el beneficio de este gremio, y el de los expendedores del monopolio de la antigua Tabacalera, se basa en conceptos franquistas de que no haya competencias dentro de una misma calle o zona), que nos harán más libres, sexualmente hablando, a todos los ciudanos que no queremos aceptar la ideología católica?.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 6 de julio de 2001