Los brotes de peste porcina clásica se multiplican por momentos y ya son 15 las explotaciones infectadas en la provincia de Lleida. El Departamento de Agricultura confirmó ayer dos nuevos casos sospechosos, uno en una granja de Arbeca (Garrigues) y otro en Sant Guim de Freixenet (Segarra). Actualmente hay nueve focos de peste declarados oficialmente y seis pendientes de confirmación por parte del Laboratorio de Referencia de Madrid. Desde el pasado 15 de junio, la enfermedad ha obligado a sacrificar más de 43.000 cerdos.
El consejero de Agricultura, Josep Grau, confirmó que los análisis realizados a los animales de una segunda explotación de Arbeca, población donde ya había otra sospechosa, y en otra de Sant Guim de Freixenet habían dado positivo. En la granja de Arbeca había 800 cerdos que fueron sacrificados tras comprobarse que algunos procedían de explotaciones infectadas de Penelles y Castellserà. En la de la Segarra había 150 cerdos y está relacionada con Piensos Yak, una de las empresas investigadas y expedientadas por presunta ocultación de la enfermedad. Esta granja estaba semivacía, por lo que Agricultura abrirá una investigación para conocer el destino de los animales que faltan.
MÁS INFORMACIÓN
- Agricultura sospecha de tres nuevos casos de peste porcina en Lleida
- Un juez de Lleida ordena inhibirse a Agricultura en los casos de peste porcina
- Agricultura pide medidas urgentes para desbloquear la crisis de la peste porcina
- Veterinarios de la UE controlan en Lleida cómo se lucha contra la peste
- La Generalitat abre expediente a tres explotaciones por ocultar la peste porcina
Si se confirma el brote de Sant Guim, la zona de vigilancia de 10 kilómetros alcanzaría a la comarca vecina de Anoia y, posiblemente, a la Conca de Barberà, con lo que la peste afectaría por primera vez a las provincias de Barcelona y Tarragona. Grau explicó que los nuevos casos sospechosos están relacionados con la misma zona y las mismas empresas. Agricultura ha empezado a retirar las guías sanitarias a los ganaderos de Arbeca tras confirmarse que en la granja clandestina utilizada para curar animales enfermos de otras explotaciones -práctica prohibida desde 1997- había cerdos sospechosos de tener la peste.
Durante el día de ayer, la Guardia Civil, los Mossos d'Esquadra y el fiscal especial que investiga el origen de la peste intercambiaron informaciones para determinar si alguna empresa ocultó la enfermedad durante varios días.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 6 de julio de 2001