La Generalitat consignó en 2000 una partida presupuestaria cifrada en 3.332.002.000 pesetas para la edificación de centros de atención primaria en la región, según recoge el borrador de la memoria anual del CES -ente consultivo del Gobierno valenciano así como de las instituciones públicas en materias económicas, sociolaborales y de empleo-. Del total, sólo partidas por un total de 1.081.118.438 pesetas fueron ejecutadas. Para reformas de centros de salud y hospitales se presupuestaron 444.801.000 pesetas, pero sólo se gastaron 136.091.453 pesetas.
Los datos reflejan que la inversión real de la Consejería de Sanidad en la construcción de nuevos centros de salud, el pasado año, fue mínima. Para CC OO, el 'bajo' nivel de ejecución del departamento que dirige Serafín Castellano sorprende en tanto en cuanto, a fecha de hoy, cerca del 25% de la población valenciana recibe un tratamiento sanitario diferencial, ya que se les priva de la cartera de servicios que ofrece el nuevo modelo de atención primaria.
MÁS INFORMACIÓN
Transcurrido el primer semestre del ejercicio 2001, la Consejería de Sanidad únicamente ha licitado el centro de salud de Ayora (Valencia) de los 40 previstos para este año. Del total de centros proyectados, 16 ya aparecían reflejados en los presupuestos de 1999; pero 'incomprensiblemente' continúan todavía sin ejecutarse, apunta CC OO.
Un caso paradigmático es la ciudad de Alicante, con 100.000 ciudadanos atendidos aún en ambulatorios obsoletos. Según consta en una respuesta parlamentaria al diputado socialista Luis Briñas, cinco de los seis centros de salud previstos en la ciudad para 1999 continúan sin construirse; las obras ni siquiera han comenzado. El caso más 'clamoroso' es el centro de salud de San Blas. Esta infraestructura fue prevista en 1998, pero tras su construcción, el pasado año, el centro resultó ser pequeño. A fecha de hoy, continúan las obras de ampliación de las instalaciones, que han supuesto un importante sobrecoste. La inauguración del centro está prevista para diciembre. Luis Briñas lamentó ayer que las consecuencias finales las 'padecen' los ciudadanos, que han de 'esperar con paciencia' la construcción de sus centros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 6 de julio de 2001