El tiempo es más veloz que la memoria, y un atisbo de madurez irreversible más locuaz que el calendario atestigua que Els Joglars cumple nada menos que 40 años de risas en escena. Siempre comandada por el incombustible Albert Boadella -el hombre que, con Lluís Pasqual, más sabe de teatro en esta parte de Europa- la compañía empezó recreando una especie de mimo clásico con montajes como El diari o El Joc, para pasar después a una gestualidad de creación propia, si bien bajo la influencia originaria de Jacques Lecoq, en la que Alias Serrallonga -donde Boadella componía un auca de introducción vestibular que era en sí misma una obra maestra- señalaría el punto de inflexión hacia el futuro. El resto es historia conocida y reconocida, desde el siniestro episodio de La Torna, que le valió a Boadella una estancia en prisión de la que se fugó gracias a sus dotes de actor, hasta un triunfal montaje sobre Daaalí en el que tal vez el maestro envidia el trabajo de su excelente alumno Ramón Fontseré. Un repaso a esta historia es lo que propone el Encontre de Teatre de Alzira, donde tiene lugar una mesa redonda sobre la más catalana de las compañías teatrales con la intervención de su director, del periodista Arcadi Espada y de la diputada socialista Carmen Alborch. Será, sin duda, una celebración inolvidable.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 6 de julio de 2001