El Parlamento austriaco aprobó ayer sendos proyectos de ley por los que los políticos profesionales no podrán participar en el órgano de control de la televisión y la radio públicas (ORF), y se permitirá que haya una cadena privada nacional y tres locales, lo que pondrá fin, en 2002, al monopolio actual.
La ley para la reforma de la ORF, que convertirá el ente estatal en una fundación cuyo fin es el servicio público, establece que el actual órgano de control sea sustituido por un consejo formado por expertos nombrados por los partidos.
En cuanto a los contenidos, en la franja de máxima audiencia se ofrecerá al menos un programa de alta calidad para distinguirse de las emisiones privadas que entren en el mercado.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 6 de julio de 2001