El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, reveló ayer la existencia de un documento interno de Herri Batasuna sobre descalabro electoral de EH en el que reconoce que, además de haber perdido a 80.000 votantes respecto a las elecciones de 1998, 'otros 50.000 les han votado por disciplina, a rastras, a la fuerza'. 'Sin ellos se quedarían en 70.000. ¿Eso es el pueblo para ETA?', se preguntó.
Arzalluz sugirió en un mitin celebrado en Arrigorriaga (Vizcaya) que, salvo un golpe de timón, la crisis no ha tocado fondo en Batasuna y las desafecciones pueden continuar, máxime si Aralar se convierte en un referente político para los desencantados de la izquierda abertzale con la lucha armada de ETA. El máximo dirigente peneuvista cree que el mundo de ETA tiene que 'reflexionar' porque 'ha llegado la hora de la verdad'. 'Ha sido un palo histórico [para el mundo de ETA], por arrogantes, por no saber negociar, que siempre es ceder algo, y por ser impositores', subrayó.
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Consciente de que también se puede morir de éxito, Arzalluz alertó a sus militantes frente a la sensación de 'tranquilidad política' tras el triunfo electoral y el cese de la 'campaña contra el nacionalismo vasco'. Y les conminó a prepararse para la nueva andanada que prepararía el 'falangista de Aznar, con su concepto de España una, con una lengua y una historia uniformadora'. 'Vamos a tener tiempos de fuerte tensión', aventuró, en alusión a lo que el propio Ibarretxe ha calificado de 'regresión autonómica' ante las nuevas leyes de Universidades y humanidades. Arzalluz dijo que el PNV 'no va a acceder' a esos recortes y usará los recursos necesarios para evitarlos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 8 de julio de 2001