Un total de 39 policías y un civil fueron asesinados en Nepal en tres acciones guerrilleras coordinadas en distintos puntos del país durante la madrugada del sábado, que costaron también la vida a cinco rebeldes. Según las autoridades, las muertes son obra de la guerrilla maoísta que operaba sobre todo en el oeste del país y que tiene como objetivo derrocar a la monarquía. El primero de los ataques se produjo en la localidad de Bichaur, 190 kilómetros al oeste de Katmandú, cuando un grupo voló una comisaría y mató a 21 agentes. En la localidad de Taruka, 100 kilómetros al noreste de la capital, murieron otros 10 policías. Por último, ocho policías y un civil fueron tiroteados en Gulmi, también al oeste del país.
La ola de violencia coincide con el 55º cumpleaños del rey Gyanendra, que accedió al trono el 4 de junio después de que su hermano y otros nueve miembros de su familia fueran asesinados por el príncipe heredero en un suceso que conmocionó al país. Los radicales, en activo desde 1996, vieron en la matanza de Palacio una oportunidad para debilitar la monarquía, por lo que han intensificado sus ataques.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 8 de julio de 2001