Un niño palestino de 11 años resultó muerto ayer por disparos de militares israelíes en Rafah, al sur de la franja de Gaza, informaron fuentes hospitalarias. Khalil Al-Moghrabi recibió un balazo en la cabeza, mientras que otros tres niños palestinos resultaron heridos en el mismo incidente. La muerte de este niño eleva a 639 el número de víctimas mortales -501 palestinos, 132 israelíes y seis europeos- desde que estalló la segunda Intifada, el pasado 28 de septiembre.
Las posiciones israelíes en el conflictivo sector de Rafah sufrieron ayer ataques palestinos, que no produjeron víctimas, manifestó por su parte un portavoz del Ejército israelí, quien indicó que sus tropas respondieron a los ataques cuando determinaron su origen.
Dentro de este clima de violencia, Marwan Barghuti, uno de los máximos dirigentes de la milicia popular Tanzim en Cisjordania, pidió ayer a las fuerzas de seguridad palestinas que tomen las medidas necesarias para proteger a los líderes de la Intifada. Barghuti espera que puedan abortar los planes del Ejército de Israel, que la semana pasada recibió luz verde del primer ministro, Ariel Sharon, para emplearse a fondo en su política de ejecución de responsables de la revuelta palestina.
Por el momento, las únicas medidas de seguridad visibles adoptadas ante estas amenazas han consistido en aumentar el número de sacos de arena en los puestos de vigilancia de las fuerzas de Arafat, lo que ha empezado a provocar la desconfianza y las críticas de los dirigentes de la Intifada, que se sienten desprotegidos. Un miembro de la OLP dijo recientemente que se habían tomado ya, desde los estamentos oficiales, un número importante de decisiones para proteger sus vidas, aunque no podía explicarlas por razones obvias.
Entre las medidas adoptadas por el Gobierno de Arafat se encuentra el encarcelamiento de los agentes palestinos al servicio de Israel, cuya información es imprescindible para localizar a los "blancos humanos" de los israelíes. Pero los palestinos consideran que la protección más contundente es la que pueda ofrecer la comunidad internacional impidiendo una escalada bélica y poniendo fin a las llamadas "ejecuciones selectivas", que ya se han cobrado la vida de más de 30 líderes de la Intifada.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 8 de julio de 2001