El Gobierno vasco considera que la normalización del mercado de la carne ha sido posible gracias a la 'política de calidad' emprendida por los ganaderos y los mataderos, y también a la eficacia demostrada por los controles sanitarios, afirma Asier Albizu, director de Política e Industria Agroalimentaria. A la inversa de la evolución de otras comunidades, donde el consumo de carne ha descendido cerca de un 20% entre abril de 2000 y de 2001, en Euskadi la demanda va en aumento, según datos oficiales del Departamento de Agricultura.
El momento más crítico coincidió con la aparición, en marzo pasado, del único caso detectado hasta el momento en el País Vasco de una vaca afectada por la encefalopatía espongiforme bovina (EEB) -en Navarra hubo cuatro-, lo que llevó a los sindicatos agroganaderos a criticar los controles realizados hasta entonces por el Gobierno sobre los piensos con que se alimentaban los animales. En el primer semestre de este año se han practicado 11.880 controles, lo que, según Albizu, manifiesta que 'la cabaña bovina está muy sana'.
La caída de las ventas de vacuno, más acusada en los meses de febrero y marzo de este año, con un descenso del 30% en el consumo, estuvo acompañada también de otras alteraciones en los hábitos de compra. Según un estudio realizado por el Departamento de Consumo, el consumidor optó por adquirir la carne de vacuno con menos frecuencia y en cantidades más reducidas, y en muchos casos, la sustituyó por la de pollo o cerdo. El sector ganadero vasco acumuló 'elevadas pérdidas' en la etapa más delicada de la crisis, evaluadas en un promedio de 500.000 pesetas por explotación, según el responsable del sector cárnico de EHNE, Alberto Aldasoro. En Euskadi hay aproximadamente 182.000 cabezas de ganado bovino repartidas en 11.000 granjas.
Los ganaderos reconocen que 'el consumo se ha recuperado bastante', sobre todo de la carne de ternera y no tanto la de vaca. 'Tenemos problemas para vender animales adultos, y ocurre lo mismo con los cuartos delanteros, que se emplean para hacer guisados. Los carniceros compran la carne por piezas, porque así pueden reservarse los cuartos traseros del animal, de donde sacan los filetes y las chuletas', afirma Xabier Iraola, del sindicato ENBA. No obstante, el repunte del mercado coincide ahora con la bajada cíclica de las ventas en la temporada veraniega.
Confianza recuperada El sector está recuperando la confianza del consumidor, opina Aldasoro, de EHNE. 'Ahora que está garantizada plenamente la seguridad alimentaria de la carne, exigimos a las instancias administrativas que adopte las medidas necesarias para vigilar el tema de las harinas cárnicas. Deben erradicarse de la alimentación animal los sistemas de engorde prohibidos'.
La Asociación de Carne de Vacuno del País Vasco, que engloba a todas las razas autóctonas, valora 'positivamente' las consecuencias derivadas de la crisis de las vacas locas, pues 'ha servido para lavar la imagen del sector productor vasco', afirma su presidente, Javier Aramendi. Reconoce que la situación actual es todavía 'difícil', pero sostiene que la recuperación 'es una realidad' desde el momento en que 'el consumidor ha pasado de sospechar de nuestra carne a confiar ahora plenamente'.
Los mataderos de Zorroza y Martutene, en Bilbao y San Sebastián, respectivamente, han aumentado los sacrificios, lo que es indicativo de la recuperación del sector. Alberto Urabayen, director del matadero donostiarra asegura que en mayo y junio han batido 'todos los records'. Si en mayo de 2000 se mataron 314 vacas, este año la cifra ha subido a 442. Con las terneras ha sucedido otro tanto: 1.562 en mayo del año pasado frente a 2.121 este año. Los datos son elocuentes, aunque Urabayen matiza que una parte de las reses adultas sacrificadas no se introducen en la cadena alimentaria, sino que son eliminadas. Así, en junio pasado, de las 708 vacas sacrificadas, unas 400 fueron destruidas.
El aumento de actividad en los mataderos -el de Bilbao ha elevado un 1,1% el número de sacrificios en el primer semestre del año respecto al mismo periodo de 2000- se explica también por la captación de nuevos clientes que antes sacrificaban las reses fuera del País Vasco.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 8 de julio de 2001