La asistencia a la jornada técnica convocada por el Ayuntamiento pamplonés fue obligatoria. Y acudieron todos, incluido el japonés Arata Isozaki, que pasó por Pamplona unos días antes para estudiar con sumo detalle el lugar elegido para levantar un museo que será único en el mundo. Apenas queda un mes para que los ocho equipos de arquitectectos que concursan para la construcción del Museo de los Sanfermines presenten sus anteproyectos. Existe en la ciudad expectación por conocer las propuestas para un espacio de alta tecnología que tendrá en el encierro su referencia más destacada. Serán más de 3.200 metros cuadrados construidos en una zona cercana al río Arga, donde se une el casco histórico y el barrio de la Rochapea.
Un auténtico 'parque temático', en palabras de Javier Solano, periodista y presidente de la Fundación Amigos del Encierro, uno de los organismos promotores de la iniciativa, con un presupuesto de 2.200 millones de pesetas y una idea central: aplicar las más modernas técnicas audiovisuales e interactivas para recrear con el mayor verismo posible las sensaciones que se viven en San Fermín, sobre todo las de correr un encierro. Un rito ancestral envuelto en técnicas IMAX de imagen. Las instituciones barajan la idea de reproducir en el interior del futuro museo un tramo del recorrido a escala real, en el que los visitantes podrán sentir los sonidos de la carrera, la imagen de los toros, las sensaciones de vivir sobre los adoquines esa loca carrera del hombre y los animales salvajes.
Veinte profesionales de los ocho equipos - uno holandés, otro portugués, el de Isozaki, y cinco españoles- presentados al concurso asistieron hace un mes a la jornada explicativa sobre la fiesta organizada por el Ayuntamiento, que incluyó charlas sobre el significado de San Fermín y una visita al solar elegido para levantar el museo, con paseo final incluido por el recorrido del encierro.
Javier Itúrbide, director del área de Cultura del Ayuntamiento, considera que el museo debe permitir 'andar y ver la fiesta', dado su alto componente de participación social y de 'adrenalina'. Itúrbide pidió a los equipos que concursan que pongan todo su empeño en el museo, porque está llamado a ser el principal referente de atracción turística de Pamplona y porque, dadas las peculiaridades de San Fermín, debe albergar en su interior el sentimiento de unas fiestas sin parangón.
Los arquitectos dan los últimos toques a sus ideas para un complejo que debe tener tres áreas diferenciadas: la zona de acceso, con el vestíbulo, las taquillas, tiendas, un pequeño auditorio, una cafetería-restaurante y varios talleres didácticos. Una segunda zona dedicada a San Fermín, con espacios para la historia, la tradición y la fiesta, todos ellos ofrecidos con tecnologías audiovisuales que permitan recrean los principales momentos del programa festivo, e incluso un museo de cera con sus personajes más característicos.
Y, finalmente, el área estrella del recinto: el encierro, con técnicas de realidad virtual, IMAX y otros recursos multimedia. Será la más impactante, e incluirá un homenaje a Ernest Hemingway, el descubridor internacional de San Fermín, y una mediateca.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 8 de julio de 2001