Dos soldados de reemplazo mataron a tiros a seis compañeros después de recibir los fusiles Kaláshnikov para hacer la guardia nocturna en una unidad militar de Kámensk-Shájtinski, en la sureña provincia de Rostov. Los dos jóvenes, Yevgueni Samóilov y Denís Smishliáyev, se dieron a la fuga, pero fueron detenidos tres horas después. Aunque no se conocen las causas que motivaron el crimen, tragedias de este tipo son comunes en Rusia y se deben, en la mayoría de los casos, a los abusos y maltratos a que son sometidos los jóvenes que hacen el servicio militar.
El incidente ocurrió ayer, a las cuatro y media de la madrugada (las dos y media, hora peninsular), cuando Samóilov y Smishliáyev abrieron fuego contra el jefe de la guardia y sus otros compañeros de la Brigada de Ingeniería y Minado emplazada en esa ciudad.
Las deserciones a causa de los malos tratos recibidos son frecuentes y a menudo terminan en tragedia. Hace dos meses, dos soldados mataron a un general y a un teniente en Siberia. También en mayo, un guardia fronterizo huyó a territorio finlandés y luego se suicidó. En la nota dejada afirmaba que sus compañeros le hacían la vida imposible. Hace dos semanas, unos cazadores encontraron en la península de Kamchatka a un soldado que había desertado siete años atrás y se escondía en el bosque alimentándose de setas y bayas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 9 de julio de 2001