Casi cuatro años después de que el cadáver de Ana María Fernández Monroy, de 24 años, fuese hallado junto a un contenedor de basuras de Puertollano (Ciudad Real), el 16 de noviembre de 1997, la policía ha detenido a su ex novio, D. V. R., de 30 años, quien ya entonces fue sospechoso del crimen porque fue la última persona con quien varios testigos vieron a la fallecida con vida.
D. V. C. fue encarcelado el viernes después de que policías de las comisarías de Puertollano y de Ciudad Real lo detuvieran y lo entregaran al juez junto a las nuevas pruebas recabadas. La joven fue asesinada de 15 puñaladas, dos mortales en el cuello, en un crimen descrito por los investigadores como 'especialmente violento'. El detenido fue visto en un coche con Ana María sobre las 6.00 del día del crimen y dos horas después preguntó por ella a sus padres 'notablemente excitado'.
Las pesquisas han permitido determinar que, pese a que la fallecida había roto con su novio, éste solía ponerse violento cuando la veía con otros hombres. Según informó ayer la policía, el joven, que cuando ocurrieron los hechos estaba bajo tratamiento psiquiátrico, tiene una personalidad 'variable' e 'imprevisible' y su carácter es 'muy violento y peligroso'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 10 de julio de 2001