Los mercados financieros están haciendo de la actividad su principal razón de ser, actitud muy lógica cuando la ausencia de objetivos concretos perfila un horizonte confuso. Tras admitir que la recuperación económica no tiene fechas posibles, son los resultados empresariales los que marcan el ritmo, cuando éstos son efecto de aquella, lo que implica que nos encontramos dentro de una espiral.
Ayer se negociaron en el Mercado Continuo 250.137 millones de pesetas, 1.503,35 millones de euros, una cifra baja para incluir un 'movimiento de ida y vuelta' como el que sufrió la bolsa al pasar de las tomas de posiciones iniciales a una retirada en toda regla tras ver la apertura de los mercados estadounidenses. En Estados Unidos, el crecimiento de los inventarios ha preocupado a los analistas aunque sólo han crecido en bienes no duraderos, lo que significa que los consumidores están aprovechando la rebaja de los tipos de interés para hacerse con otro tipo de productos, y el consumo representa el 60% del PIB.
La bolsa reaccionó mal ante esta noticia, porque supone que las empresas deberán reducir la producción y, muy posiblemente, lo harán por la parte tocante al empleo. Wall Street perdía casi el 1%, 100 puntos, a media sesión y el mercado Nasdaq el 2,3%.
En el mercado de divisas, el euro se tomó un respiro y recuperó el 1,29% desde el día anterior hasta cotizar a 0,8568 dólares, aunque a última hora bajaba hasta 0,8543 dólares, los niveles del cambio oficial del día. En los mercados se mantienen las expectativas de un descenso de tipos del BCE el día 19.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 11 de julio de 2001