Leo en el último artículo de Antxon Urrusolo, Allons enfants de Euskalherria, que atribuye la letra del himno catalán a Mosen Cinto Verdaguer. Dado el tono aparentemente somarda de su artículo, qué más da que ese dato sea cierto o no. Que el rigor no estropee un nuevo 'juego floral'.
El himno nacional catalán, El Segadors, es una canción popular catalana del siglo XVII, que narra los combates de las tropas catalanas contra las mandadas por el Conde Duque de Olivares, legado de Felipe IV. Nos ha dejado esa época algún que otros trabalenguas linguístico (Setze jutges mengen fetge d'un penjat que encara penja, entre otras versiones) que no solo servía como prueba de la pericia fonética en lengua catalana.
En el año 1892, Francesc Alió publicaba la letra de El Segadors, con una adaptación musical de otra copla tradicional. Consecuencia de un concurso de juegos florales de la época, Emili Guanyavents reescribió y acortó el texto original.
Al igual que la ágrafa Marcha Real,- que a tanto patriota constitucional emociona- fue prohibida en la Dictadura de Primo de Rivera y en la Dictadura del General Franco, allá donde cantaban con renovado entusiasmo, la letra guipuzcoana del Cara al Sol, algún constitucionalista de hogaño. Mas no ha de sorprendernos ese niminio error de Urrusolo. Como hablar del capricho de la oposición, como un bloque pétreo tipo Manolito el personaje de Mafalda, al proponer el Guernikako Arbola como himno oficial de Vasconia.
Hubiere resultado divertido ver cantar a Mayor Oreja - de honda estirpe tradicionalista- la segunda estrofa de la copla de Iparaguirre, formando ochote con Miguel Sanz, Presidente de todos los navarros.
Al fin y al cabo las luces de la razón universal de un expensionado sans culotte del himnotoki de ETB, ciegan los hechos aldeanos, pero tercos de la historia. Eso sí, lo ciegan bere modura.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 11 de julio de 2001