Las pretensiones de la sex symbol alemana por antonomasia -una mujer de ascendencia boliviana llamada Verona Feldbusch- de entrar en política han sido acogidas con entusiasmo por todos los partidos, que se disputan ahora su colaboración. A la Feldbusch -conocida por sus espectaculares curvas, su voz de pito y sus frecuentes errores gramaticales- se le ocurrió comentar a una revista femenina que piensa en la posibilidad de implicarse políticamente para la defensa de los niños. La propuesta, lejos de provocar escepticismo, ha despertado el interés en todo el espectro político, desde los poscomunistas del PDS hasta la conservadora Unión Cristianodemócrata (CDU). 'La señora Feldbusch tiene más cualidades de las que se piensan', aseguraba ayer en el diario Bild la representante verde Andrea Fischer, mientras que la ministra de Desarrollo, la socialdemócrata Heidemarie Wieczorek-Zeul, comenta que 'sería muy bien venida'. No es de extrañar el interés por la sex symbol, habida cuenta del espectacular tirón publicitario que tiene en toda Alemania, donde anuncia desde espinacas hasta compañías telefónicas. La que fuera Miss Alemania -que pasó parte de su infancia en Bolivia, de donde procede su madre- consiguió, por ejemplo, con una campaña publicitaria, que los alemanes se animaran a ir a la Exposición de Hannover el verano pasado después de la falta de interés inicial. Verona Feldbusch, que, pese a sus carencias culturales, ha demostrado ser lista y dotada para los negocios, estudiará con calma las propuestas, pues ha pensado en entrar en la arena política dentro de un año o dos.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 12 de julio de 2001