Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra

Yáñez: 'La cultura de la inmunidad está desapareciendo'

El Escorial

El embajador en misión especial para el Tribunal Penal Internacional (TPI), Juan Antonio Yáñez-Barnuevo, señaló ayer, en referencia a la internacionalización de la justicia penal, que 'la cultura de la inmunidad está desapareciendo'.

Yáñez-Barnuevo, que habló sobre Globalización judicial en los cursos de verano de la Universidad Complutense de San Lorenzo de El Escorial, dijo también que las últimas actuaciones de la justicia penal internacional 'han generado la alarma' de algunos gobernantes y, sobre las reticencias de algunos países, afirmó que 'el genio está fuera de la botella y ya no se podrá devolver a la misma'. 'Las ideas de venganza e impunidad están dando paso a la conciencia de responsabilidad', añadió el embajador, que destacó que 'la soberanía ya no protege de manera absoluta al Estado', especialmente cuando se producen violaciones masivas o sistemáticas de los derechos humanos, como el genocidio o los 'graves crímenes de guerra'.

El representante español ante el TPI aseguró que 'sería imposible' un marco penal internacional sin la existencia de una 'moral global', e indicó que 'hay que afirmar con fuerza' la existencia de un 'universalismo' de los derechos humanos, aunque éste sea un 'concepto de origen occidental'. El diplomático comentó que la justicia penal internacional 'está de actualidad' y recordó que las víctimas de los delitos contra la humanidad, así como las organizaciones humanitarias y los medios de comunicación 'más liberales' mantienen 'importantes expectativas' ante las actuaciones de la justicia penal internacional.

Por otro lado, explicó que la creación del TPI depende de la ratificación del estatuto del tribunal por un mínimo de 60 países, 'representativos de aproximadamente un tercio de la comunidad internacional', y señaló que el texto ya ha sido ratificado por 36 países, entre ellos España. Yáñez-Barnuevo apuntó que el TPI, que actuará en casos de crímenes contra la humanidad en los que tribunales nacionales 'no puedan o no quieran conocer', podría constituirse a mediados del año 2002.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 12 de julio de 2001