Como un ciudadano más que vivió con vergüenza y mala conciencia el abandono y la traición del régimen antidemocrático español al pueblo saharaui en los años 1974-1975, pido a Rodríguez Zapatero, como secretario general del PSOE, y a la izquierda en general, apoyo y buen consejo a los saharauis en esta coyuntura trascendental. Porque son pocos, porque no interesan a las grandes potencias, porque la ONU es incapaz de cumplir sus resoluciones, están abandonados a su suerte en los campamentos de refugiados del desierto argelino.
España, como potencia colonizadora, incumplió sus obligaciones, y ahora, Marruecos impide el referéndum de autodeterminación. Es injusto que ese pueblo no vuelva a su tierra con dignidad y que malviva gracias a la solidaridad de unos pocos románticos. No espero nada del Gobierno del PP, pero emplazo al PSOE para que no olvide las terribles consecuencias de la Marcha Verde y ayude a analizar y decidir con astucia sobre el qué hacer ante la última oferta de la ONU, que plantea una salida de 'autonomía para los territorios ocupados'.
Globalización, pateras de inmigrantes, inversiones cuantiosas de capital español en Marruecos... y un pueblo al que amo, que lucha por no desaparecer, ante la indiferencia internacional y el vergonzoso silencio de quienes, como única respuesta, aceptan la situación contribuyendo al desarraigo de las nuevas generaciones de saharauis que lamentablemente no conocen la tierra de la que fueron expulsados sus mayores. ¡Hagamos algo!-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 12 de julio de 2001