Estos últimos tiempos venimos soportando las amenazas de las compañías eléctricas según las cuales los apagones son inminentes. Yo me pregunto, ¿por qué en lugar de tender nuevas líneas eléctricas, construir nuevas centrales y presas (con todo el impacto paisajístico y medioambiental que ello conlleva) y subvencionar a las compañías eléctricas (?), no se opta por una planificación de la energía, se subvenciona a los pequeños y medianos consumidores para que instalen equipos de energía solar, y se fomenta su uso e investigación? Hoy por hoy es posible mantener una casa, un hotel, un edificio, con energía solar, y aunque la inversión inicial resulta elevada para el pequeño consumidor, a largo plazo resulta rentable si tenemos en cuenta que además las compañías eléctricas están obligadas a comprar la energía excedente que se produzca. Pero no digamos esto en voz muy alta, no vaya a ser que la gente se entere que pronto podríamos no necesitar más compañías eléctricas, y éstas podrían pasar de especie amenazante a especie amenazada. De extinción, claro.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de julio de 2001