No estuvo mal el arranque de la Copa América. Dejó más ambiente de fiesta que de miedo, brindó una emocionante y breve ceremonia inaugural -convertida en un canto a la paz- y contestó al desprestigio deportivo que lleva por castigo con fútbol a ratos bueno y muchos goles, casi todos estupendos. Chile goleó a Ecuador (1-4) y Colombia se deshizo de Venezuela (2-0).
Los anfitriones jugaron demasiado precipitados, en contra de la filosofía de su técnico, Pacho Maturana, pero les bastó para tumbar a Venezuela, la cenicienta del grupo. Tampoco Chile hizo nada especial, incluso exhibió cierta racanería, pero Ecuador estuvo por debajo de su nivel en la fase de clasificación mundialista, en la que incluso ha ganado a Brasil. Sólo dejó un golazo de chilena de Chalá, contestado con otros dos estupendos de Chile: un zambombazo de Montecinos y una preciosa vaselina de Corrales.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 13 de julio de 2001