El acuerdo entre Renfe y los maquinistas prevé reubicar trabajadores de varias localidades de los alrededores de Barcelona. Con este cambio, los maquinistas esperan lograr un equilibrio que permita flexibilizar los horarios y mejorar las condiciones laborales. La transformación será paulatina y deberá concluir en un periodo de un año. Jorge Escuder, portavoz del SEMAF, explicó que cuando los acuerdos estén culminados se habrá logrado que la jornada laboral quede reducida a ocho horas. Además, los empleados verán ampliados sus descansos en fines de semana.
El acuerdo se alcanzó tras unas negociaciones contrarreloj y bajo la amenaza del sindicato de convocar una huelga entre los meses de julio y agosto. Finalmente, la mayoría de los 150 asistentes a la asamblea convocada por SEMAF se mostraron ayer a favor del acuerdo y desconvocaron las protestas.
Hasta que se concretó el acuerdo quedaron cancelados los viajes de 107 trenes de las cercanías de Barcelona, y se vieron afectados 150.000 usuarios.
Como se trataba de una huelga no declarada, encubierta, cada maquinista frenaba en distinta medida las salidas de trenes y demoraba los horarios poniendo excusas de tipo técnico. Por eso, las demoras variaban según la decisión de cada maquinista. 'En algunas líneas se cancelaron muchos trenes y en otras casi funcionaron con normalidad' indicó una portavoz de Renfe.
La línea entre Manresa y Sant Vicenç de Calders fue de las que sufrieron más cancelaciones, mientras que la que une Sant Vicenç de Calders con Granollers casi no tuvo retrasos.
Muchos pasajeros se mostraron enfadados por los retrasos, pero también por la falta de información. Por los altavoces de las estaciones se daba una sola información que los usuarios ya habían advertido por sí mismos: 'Los trenes circulan con irregularidad'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 14 de julio de 2001