Un saque de banda mal defendido por Bolivia, una acción a balón parado resuelta con astucia por Chaventón, entregó a Uruguay los tres puntos de un partido plomizo y de perfil bajo, que aireó las rebajas de fútbol que se anunciaban en esta Copa América. Bolivia y Uruguay se mostraron como dos selecciones de rango menor y, pese al entusiasmo con el que los aficionados de Medellín acudieron a la cita, apenas lograron arrancar interés.
Lo poco que se vio lo puso en media docena de acciones un delantero grandote y de estilo poco ortodoxo, el uruguayo Richard Morales. Bolivia, llevada al paso lento de un futbolista virtuoso en clara decadencia, Baldivieso, sólo amagó peligro a través de su lateral derecho, Gatty Ribeiro. A Uruguay, mejor armada que su rival, pero también escasa de argumentos, le bastó con prestar atención a sus incursiones para vivir la jornada cómodamente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 14 de julio de 2001