Los teatros Triángulo (Zurita, 20) y El Montacargas (Antillón, 19) han elegido la comedia para batallar contra la galbana y el éxodo veraniegos. Pero con matices diferenciadores entre los dos recintos: una comedia irónica y algo macabra en la sala El Montacargas con la obra Un día cualquiera, del Nobel italiano Dario Fo y Franca Rame, su esposa. Humor 'loco y absurdo' en Triángulo, a partir de la medianoche, con Hasta aquí hemos llegao, de la compañía Si Me Han Visto, No Me Acuerdo.
Y gracietas con lunares y bata de cola para la primera sesión de la misma sala (a las 22.30), con La copla, que sus autores, los de El Curro DT, subtitulan Diez culebrones urbanofolclóricos para cinco peinetas y cuatro monteras. Sí, porque a esta decena de actores y bailarines les va la fantasía numérica y excesiva, como ya demostraran con su exitoso montaje anterior, Siete historietas comicosexuales para cuatro pollas y dos coños. Ahora vuelven a la escena madrileña veraniega, de jueves a domingo, con '10 escenas coreográficas, 10 coplas, 10 auténticos mitos en su género que enlazan pasado, presente y futuro, para sumergir al espectador en un pantano de emoción, desgarro, pasión y risas desenfrenadas', anuncian.
Los artistas de la obra visten bata de cola y trajes alunarados para hablar 'del divertido drama de la vida urbana'. 'Invitamos al espectador a mirar de forma poética, divertida, desenfadada y hasta descarada a la tremebunda realidad de quienes habitan la jungla de asfalto que transitamos con indiferencia', explican los artífices de este espectáculo 'errante', un homenaje móvil 'a los tiempos desmemoriados de la música, a los anónimos héroes de la tragedia metropolitana'.
Mujeres infelices
Quienes prefieran comprobar lo infelices que son las mujeres creadas por Dario Fo y Franca Rame deben pasar por la sala El Montacargas. Allí les espera, todos los sábados y los domingos de julio y medio agosto (a las 21.30), una publicista madura y con dinero que trata de librarse de la infelicidad y el vacío existencial.
La protagonista ha elegido un medio drástico y supuestamente rápido: el suicidio. Mas la realidad le demuestra lo contrario. Julia, interpretada por la actriz Aurora Navarro, decide grabar un vídeo de despedida para su ex marido, y, después, el teléfono no deja de sonar. 'Su número ha aparecido publicado por error en una revista como el de una prestigiosa psicoanalista que ha traído de Japón un método revolucionario contra la depresión basado en vocalizaciones', tercian los programadores, que definen la obra como un 'repaso a la soledad y el vacío, a las falsas alternativas, a esas terapias increíbles que prometen milagros al instante, a las religiones extrañas a las que la gente se agarra como a un clavo ardiendo'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 14 de julio de 2001