La cumbre India-Pakistán concluyó ayer sin un acuerdo sobre el futuro de la conflictiva región de Cachemira, pero con algunos síntomas de distensión en las relaciones entre dos enemigos históricos con capacidad nuclear que suman casi una quinta parte de la población mundial. Los diplomáticos de ambos países fueron incapaces de redactar una declaración conjunta aceptable para ambas partes al término de tres días de reuniones en la ciudad india de Agra.
Las diferencias sobre Cachemira -territorio del Himalaya que India y Pakistán se disputan desde que lograron su independencia del Reino Unido, hace 54 años- fue un escollo imposible de superar en una intensa jornada de negociaciones. El presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, que había retrasado unas horas su viaje de regreso a la espera de un acuerdo final, abandonó Agra a medianoche tras despedirse por teléfono del primer ministro indio, Atar Behari Vajpayee.
MÁS INFORMACIÓN
- El primer ministro indio acepta visitar Pakistán como prueba de distensión
- India anuncia que retirará 20.000 soldados de la línea divisoria de Cachemira
- India pone en alerta a su Ejército en Cachemira ante la cumbre con Pakistán
- Terroristas musulmanes secuestran a 20 hindúes en Cachemira y asesinan a 13 de ellos
- India concentra a sus fuerzas frente a la frontera con Pakistán
El presidente paquistaní, que llegó al poder tras un golpe de Estado incruento en 1999, declaró por la mañana a un grupo de directores de medios de comunicación indios que no era posible lograr avance alguno sin resolver la disputa sobre Cachemira. El Gobierno indio respondió con la difusión del discurso con que Vajpayee inició la cumbre, el pasado sábado, en el que el primer ministro denunció el 'terrorismo transfronterizo' en la región. India sostiene que Pakistán apoya la revuelta armada en la zona de Cachemira bajo su control, acusación que niega el Gobierno de Islamabad.
Mientras los líderes de ambos países conversaban en Agra, la violencia se intensificó en Cachemira, cuya población -como la paquistaní- es de mayoría musulmana. Al menos 90 personas han muerto en enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad indias y militantes musulmanes en los últimos tres días.
A pesar de la violencia y de las discrepancias sobre el futuro del territorio, India y Pakistán acordaron durante la cumbre que sus respectivos líderes celebrarán una reunión anual y que los ministros de Exteriores se entrevistarán dos veces al año. Además, Vajpayee aceptó una invitación de Musharraf para visitar próximamente Pakistán.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 17 de julio de 2001