El Puerto bilbaíno prosigue con sus obras de expansión, que desde 1992 han permitido ganar al mar 150 hectáreas de superficie y en los próximos tres años se prevé crecer en otras 76 hectáreas. La nueva política de limitarse al relleno y pavimentación, en vez de acometer toda la urbanización de las áreas ganadas, hace que las autoridades portuarias alquilen estas nuevas superficies a las empresas interesadas, que deben encargarse de realizar las obras de adecuación y de instalación de infraestructuras.
Corres reveló ayer que hasta ahora se han realizado diez concesiones de terrenos, de las que tres corresponden al uso portuario y siete más a la utilización industrial. Las dos últimas adjudicaciones se aprobaron en el consejo de administración de la Autoridad Portuaria celebrado el pasado viernes, y suponen una inversión global de 11.400 millones de pesetas por parte de las empresas privadas.
Una es para habilitar una nueva terminal de contenedores en el denominado muelle 2 -junto al dique de Santurtzi- para la empresa Terminales Marítimas de Bilbao (TMB). La concesión es de 30 años y la superficie disponible de 26,7 hectáreas, que incluye una línea de atraque preferente, pero no exclusiva, de 736 metros. La adjudicataria contempla una inversión de 9.900 millones, un tráfico de cerca de 300.000 contenedores al año y prevé la puesta en marcha de la terminal en 2004. José Ángel Corres explicó que, para decidir la adjudicación, se ha valorado el tráfico prometido y el realizado en los últimos siete años, la inversión, los cánones y el plazo de puesta en marcha, como principales motivos.
La otra concesión ha ido para la empresa formada al 50% por las dos cementeras vascas (Rezola y Lemona) que explotará una parcela de cinco hectáreas en el muelle de Punta Sollana, junto a Zierbena, para fabricación de cementos. La inversión es de 1.500 millones y la planta estará operativa para comienzos de 2003 con la previsión de un tráfico de 635.000 toneladas anuales en el tercer año de actividad.
Corres dijo que la caída del tráfico sitúa ahora a Bilbao en el quinto puesto de los puertos españoles -en 2000 fue el tercero-, tras Algeciras, Barcelona, Valencia y Tarragona. Movió 12,7 millones de toneladas de mercancías hasta junio y el presidente destacó la bajada de las importaciones en un 5%. Los graneles líquidos, que representan el 53% de la mercancía que se mueve en los muelles bilbaínos, se redujeron en un 3,6%, debido sobre todo a la parada técnica que tuvo Petronor durante un mes.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 18 de julio de 2001