Nadie en Alicante duda de la conveniencia de que la ciudad disponga de un gran palacio de congresos. Políticos de todos los signos, empresarios turísticos, comerciantes y asociaciones y entidades ciudadanas claman desde hace años por esta dotación para que la ciudad no pierda el tren del negocio congresual.
Las dudas y la controversia surgen en el emplazamiento. Mientras el gobierno municipal que preside el popular Luis Díaz Alperi insiste en que 'no hay vuelta atrás' en su decisión de edificar el palacio en una ladera del emblemático monte Benacantil, la oposición en bloque y varios colectivos cívicos respaldados por 20.000 firmas ciudadanas optan por otro lugar para dejar así el Benacantil libre de edificaciones. Hasta tal punto se ha enquistado el problema que serán 18 magistrados de la Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) valenciano quienes harán público la semana que viene si el palacio puede o no construirse en el monte que dio origen a la ciudad.
Cuatro asociaciones empresariales de Alicante -hoteleros, pequeños comerciantes, agencias de viaje y organizadores de congresos- exigieron ayer la construcción inmediata del palacio y pusieron precio a las pérdidas generadas por la carencia de la dotación: unos 1.200 millones anuales sin contar con el negocio inducido.
Salvo la asociación local de hoteles, los colectivos reunidos ayer en la sede de la patronal alicantina Coepa respaldaron el proyecto de Díaz Alperi de ocupar el monte. Los hoteleros fueron más cautos. Sin perder firmeza en sus exigencias, el presidente de la Asociación Provincial de Hoteles, Vicente Marhuenda, pidió a la Administración que el proyecto no se demore 'ni un día más' y que éste se ejecute en un lugar que cumpla los requisitos técnicos y legales. 'Somos empresarios, no técnicos, y no estamos capacitados para esas cuestiones', dijo sin renunciar al Benacantil. Los otros tres colectivos se plegaron a los intereses de Díaz Alperi de levantar el edificio en la ladera del monte.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 19 de julio de 2001