La Guardia Civil detuvo ayer para interrogarlos a los dos propietarios del cámping El Rancho, de Oliva, y a dos empleados de la empresa pirotécnica Arco Iris, de Real de Montroi, por su presunta implicación en el suceso que el pasado domingo causó dos heridos graves y varios leves al estallar de forma irregular una carcasa. Tras prestar declaración como supuestos autores de un delito de lesiones graves por imprudencia, todos han quedado en libertad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 19 de julio de 2001