La crispación en la política local de Alcorcón ha alcanzado una de sus mayores cotas desde las últimas elecciones municipales, en junio de 1999. El secretario de la Federación Socialista Madrileña (FSM), Rafael Simancas, envió ayer una carta al presidente regional del PP, Pío García-Escudero, en la que le reclama una intervención 'de forma urgente' de los populares en el gobierno municipal alcorconero para que 'se restablezcan las garantías exigibles en toda institución democrática'.
El punto culminante del enfrentamiento entre el equipo de Gobierno de Alcorcón, del PP, y la oposición se produjo en el pleno del pasado viernes, cuando el alcalde, Pablo Zúñiga, expulsó al portavoz del PSOE, Enrique Cascallana. Éste había pedido la palabra para responder a unas alusiones del portavoz popular, Francisco José Torres.
Simancas mantiene en su misiva que la expulsión del portavoz de la oposición de una sesión plenaria constituye la medida más drástica que puede adoptar un alcalde: 'Sólo causas de extrema gravedad y de alto riesgo para el orden público pueden justificar su adopción'.
'Éste es el ejemplo más patente del paulatino deterioro institucional al que está sometiendo el señor Zúñiga al Ayuntamiento de Alcorcón, en una permanente escalada de ataques a las libertades y los derechos constitucionales de los representantes públicos', según el secretario de la FSM. 'Desde el inicio de la presente etapa constitucional, jamás se habían producido hechos como los que está protagonizando el actual alcalde', concluye Simancas. Éste pide a García-Escudero que ponga todos los medios para acabar con estos problemas de falta de democracia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 19 de julio de 2001