El Alavés anunció ayer, a través de su presidente Gonzalo Antón, una campaña de modestia en la élite del fútbol. El conjunto albiazul, asombroso finalista de la Copa de la UEFA, sigue aferrado a una curiosa costumbre: agradecer cada día que pasa en Primera. Poco importa que su fútbol no haya dejado de crecer desde que abandonó la categoría de plata, ni que asombre a Europa a base de épica y goles: empieza la pretemporada y los discursos siguen fieles al tono humilde que caracteriza al Alavés.
El conjunto vitoriano ni siquiera tiene pensado realizar una presentación oficial. Sus jugadores regresaron ayer a los entrenamientos y el gesto sobra para anunciar el inicio de una nueva temporada, la cuarta desde el último ascenso del equipo. También la Real Sociedad se vistió ayer de corto, de vuelta a la rutina de los entrenamientos. El club guipuzcoano, en cambio, sí tiene planeado sorprender a su afición con una presentación 'diferente' el próximo 25 de julio y podría estrenar el campeonato en Mendizorroza (pesa un partido de clausura sobre Anoeta) si acepta el ofrecimiento vertido ayer por Gonzalo Antón.
Mientras, el Alavés discute con el Milan la posibilidad de incorporar como cedidos a tres o cuatro jugadores, cuentas modestas para 'no perder la identidad, saber de dónde venimos porque tenemos uno de los cuatro presupuestos más bajos de Primera', recordó Antón. Empeñado en no 'vender falsas esperanzas', el Alavés se aplica ahora en su arte favorito: comprar a buen precio futbolistas más que solventes para consolidarse en la categoría. 'Nuestra esperanza es acertar y que el equipo no merme', deseó Antón.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 19 de julio de 2001