CiU reclamó ayer que el boletín municipal, Barcelona Informació, ceda una página a cada uno de los grupos municipales, tanto a la oposición como a los que forman el Gobierno de la ciudad. La propuesta la defendió Jaume Ciurana que mostró el ejemplo de diversas publicaciones de otras poblaciones del área metropolitana que han adoptada esta práctica.
La respuesta fue negativa. No era fácil defender el no, pero se podía hacer mucho mejor de lo que lo hizo el concejal Valdimir de Semir, ya que se armó tal barullo que acabó diciendo que hay demasiado debate político y que bien está que haya una publicación donde no se dé.
El argumento expurgado del concejal consistía en afirmar que el boletín no es un espacio de propaganda del Gobierno municipal sino que en él sólo se informa a los ciudadanos de los acuerdos ya tomados por el pleno del Ayuntamiento, decisiones, por tanto, que dejan de ser de partido para afectar a toda la ciudad. Pero lo dijo de un modo tan embarullado que quienes lo escucharon entendieron que estaba contra el debate político.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 21 de julio de 2001