La equiparación entre criminalidad e inmigración se da a menudo en el imaginario público de este país. Sin embargo, los datos no avalan esta asociación, que tiende a unir mayor inseguridad ciudadana a mayor inmigración. Para uno de los autores, la mayoría de los detenidos extranjeros lo son por su condición de inmigrantes ilegales, no por ser delincuentes extranjeros. Para el otro, el inmigrante procedente de un país pobre está adquiriendo en España un parecido con el miembro de una casta estigmatizada, de la que no forman parte los inmigrantes europeos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 22 de julio de 2001