El presidente del Partido Popular de Cataluña, Alberto Fernández Díaz, recordó ayer al presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, que la victoria sobre el socialista Pasqual Maragall en las próximas autonómicas depende de los votos de su partido y que la ruptura de CiU con los populares supondría el 'jaque mate' para los convergentes en esta legislatura. Fernández Díaz remachó que los escaños del PP 'han condicionado la derrota del PSC en las dos últimas elecciones autonómicas'.
El dirigente conservador dijo ayer que evitar la victoria del PSC no dependerá sólo del mensaje que consiga transmitir la coalición nacionalista a los catalanes antes de las elecciones autonómicas, sino también de la aceptación del PP en Cataluña. Por ello, Fernández Díaz reclamó a la coalición de Jordi Pujol que reconozca de forma clara el apoyo que el PP le presta en el Parlament, y añadió: 'Me fío más del pragmatismo de CiU que de su ideología'.
Según Fernández Díaz, no reconocer el apoyo del PP a CiU supondría 'negar lo evidente' y es 'una forma de perder la credibilidad' ante los electores. Lejos de preocuparse por el incremento electoral del PP, 'a CiU le conviene que el Partido Popular de Cataluña sea una formación sólida', aseguró el dirigente popular. 'A medida que avance la legislatura y se acerquen las elecciones catalanas, el protagonismo del PP será mayor', opinó el líder del PP. Aun así, reiteró que este partido confía en suscribir con los nacionalistas un pacto que permita agotar la legislatura. Hace unas semanas, Fernández Díaz expresó a CiU su voluntad fijar en otoño las bases de un acuerdo para el resto de la legislatura, que acaba en otoño de 2003. El incremento de los centros para la tercera edad, la mejora de los equipamientos sanitarios y más recursos destinados a la familia son algunos de los puntos que el PP considera necesarios para suscribir un acuerdo formal de estabilidad. Tras un primer contacto entre representantes del PP y de CiU en Madrid el mes pasado, Fernández Díaz cree 'lógico' que se celebre una nueva reunión entre estas formaciones antes de acabar este mes.
Alberto Fernández reiteró la apuesta del PP por ser un partido de gobierno al afirmar: 'Desde un Gobierno se influye más en la acción política que desde la actividad parlamentaria'. Aunque para ganar peso en Cataluña, Fernández Díaz considera que el PPC debe romper los 'tópicos sobre su política social y económica' derivados de una 'campaña de desprestigio injusta'. En opinión del líder de los populares catalanes, la eventual citación del ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, como imputado en el caso Ercros no afectaría 'en absoluto' al apoyo del partido en Cataluña.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 23 de julio de 2001