Operadores y organizaciones ganaderas han solicitado a la Administración que subaste las casi 600.000 toneladas de cebada que tiene almacenadas el organismo de intervención y que fije límites para que no las adquieran en su totalidad las grandes multinacionales. Asimismo, han pedido un adelantamiento de la entrada del maíz norteamericano.
Con una producción total de cereales de casi 24 millones de toneladas, la campaña pasada supuso una cifra récord gracias a unas buenas condiciones climatológicas. Este año va a suceder todo lo contrario, como consecuencia de una climatología adversa. En la sementera, las fuertes lluvias dificultaron su ejecución y en la recogida los fuertes calores han diezmado los rendimientos. De acuerdo con esas previsiones, la cosecha de trigo pasará de 7,4 a sólo 5,5 millones de toneladas, mientras la cosecha de cebada baja de 11,3 a solamente 6,7 millones de toneladas. En total, la producción de cereales de invierno sería de 13,4 millones de toneladas frente a los casi 20 millones de toneladas del año anterior.
Penalizaciones En la parte positiva se halla la cosecha esperada de maíz que podría llegar a los cinco millones de toneladas frente a los 3,9 millones de toneladas del año pasado. En esos buenos resultados está influyendo el aumento en las superficies hasta casi 490.000 hectáreas frente a una cuota de 403.000 hectáreas, lo que supondrá pagar penalizaciones.
Esta caída de las producciones se ha traducido desde el inicio de la campaña este mes de julio en una fuerte subida de los precios del mercado. La aprobación de la Agenda 2000 en 1999 y la Organización Común de Mercado para los cereales, supuso bajar los precios institucionales de 21,18 pesetas a solamente 16,86 pesetas por kilo.Hace un año, los precios arrancaron marcados por la debilidad. Esta campaña, por el contrario, las cotizaciones están marcadas por las subidas a medida que se van confirmando los datos negativos sobre los rendimientos en los cereales. Para las cebadas, las cotizaciones han llegado a rebasar las 21 pesetas por kilo. Los trigos forrajeros se cotizan por encima de las 22 pesetas por kilo y los trigos duros tienen un amplio abanico, según calidades, con cifras por encima de las 25 pesetas por kilo
Para los ganaderos la subasta es una medida urgente para evitar subidas de precios, mientras los cerealistas abogan porque la Administración no intervenga y que permita el cobro de unos precios rentables para el sector.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 23 de julio de 2001