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OPINIÓN DEL LECTOR

Precisiones a Sebald

Con gran interés he leído la entrevista realizada por Ciro Krauthausen al escritor W. G. Sebald y publicada en su diario en el suplemento Babelia. De entre sus precisas y estimulantes apreciaciones literarias, y sobre Alemania y los alemanes, me han llamado la atención sus siguientes palabras: 'Porque aquellos que son culpables de ello [la imposición del exilio] nunca se pueden imaginar cómo es ser expulsado de repente de un país. Todavía hoy, los alemanes no se pueden imaginar esta experiencia vital. De la noche a la mañana, uno es convertido en una no-persona y es despojado de todo: de la casa, del dinero, de lo que uno ha adquirido en toda una vida o en varias generaciones, del idioma'. Considero esta apreciación de W. G. Sebald inexacta, pues muchos alemanes (ya fuera en el Reich de pantomima del hombre del bigote o fuera de éste tras el Tratado de Triagnon) sufrieron este exilio impuesto una vez terminada la Segunda Guerra Mundial. Desde Silesia y Pomerania (ahora Polonia), Checoslovaquia, Hungría, Yugoslavia, Rumania, etcétera, cientos de miles de Auslandsdeutsche fueron expulsados hacinados en trenes de ganado con lo puesto, y todas sus pertenencias, reducidas a una maleta (los que sobrevivieron a la ley del talión que se aplicó con ellos en el este de Europa). Cierto es que fueron acogidos en su propia patria, pero después de haberlo perdido todo y haber salvado de milagro sus vidas. Además, el país que los acogió los consideró alemanes de segunda clase y tuvieron que adaptarse a unas normas sociales y culturales muy diferentes a las de sus países de origen, después de tener que volver a empezar sus vidas desde cero. Ironía de la historia, fueron exiliados a su propio país.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 23 de julio de 2001