Se calcula que ocho millones de españoles sufren algún proceso alérgico y muchos de ellos se automedican con antihistamínicos, fármacos que alivian los síntomas, pero que también producen unos efectos de sedación y somnolencia, que les convierten en responsables del 2% de los accidentes de tráfico con víctimas mortales y del 2% al 5% con heridos. Cuando además se ingiere alcohol, la capacidad sedativa del antihistamínico se multiplica. El problema estriba en que la mayoría de estos fármacos con acción sedativa se dispensa sin receta médica y el 70% de los alérgicos desconoce sus efectos secundarios. En la última reunión de la Sociedad Internacional de Alcohol, Medicamentos y Seguridad Vial se advirtió de la necesidad de controlar esta práctica y de recurrir, bajo prescripción facultativa, a opciones terapéuticas con menos efectos secundarios.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 24 de julio de 2001