Corazón plantó en el paseo, 'sin voluntad escultórica, más bien de sustitución del monumento con elementos propios', según dijo, la primera media docena de piezas, de tres metros de altura, de chapa de aluminio pintada al horno y con un barniz final antigrafitos. Las piezas pretenden resaltar 'un aire y voluntad de diseño, no suplantar a la escultura pública', agregó el autor, que en las rotondas ve la significación del espacio de las plazas suburbiales urbanas.
'Los números no corresponden a una familia de tipos, sino que son originales; en realidad, representan un recorrido de la historia de la tipografía', señaló el creador, que espera concluir en el mobiliario y señalización una gran intervención en el llamado paseo de Calvià. La vía es paralela a la carretera, apta para caminantes, ciclistas, patinetes y corredores, ya tiene 14 kilómetros y llegará a tener 34 cuando esté concluida. Una distancia tan larga consumía más letras de las que tiene el alfabeto, y por ello el diseñador optó por 'nombrar' con números y no letras.
Margarita Nájera, alcaldesa de Calvià, explicó que Corazón levantará también cuatro grandes 'puertas' en el paisaje viario -una por cada uno de los elementos de la naturaleza- para ubicar y enmarcar el complejo término municipal, disperso, urbanísticamente alambicado y absorbido por el gigantismo de la vecina Palma de Mallorca.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 25 de julio de 2001