La ONU tuvo que negar ayer crecientes rumores sobre la inminente salida del jefe de su agencia antidroga, el italiano Pino Arlacchi, que está siendo investigado por su errática gestión a la cabeza de este organismo, basado en Viena. El diario Financial Times publicaba ayer que el secretario general, Kofi Annan, ha pedido a Arlacchi que abandone su puesto al término de su mandato, en febrero de 2002.
Fred Eckhard, portavoz del secretario general, negó ayer rotundamente que Arlacchi recibiera instrucciones de dejar su cargo. 'Es falso', dijo en su habitual comparecencia ante la prensa. 'El secretario general está revisando el informe interno sobre las operaciones del señor Arlacchi. Por ahora, no ha tomado ninguna decisión'.
El Financial Times aseguraba ayer que Annan, con la mayor discreción posible, indicó a Arlacchi que no será reelegido para un segundo mandato al frente de la Agencia para el Control de Drogas y Prevención del Crimen (UNDCP) ante las crecientes protestas de varios miembros del organismo. Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Holanda han criticado duramente la gestión del sociólogo italiano, que se dio a conocer en 1990 por su lucha contra la Mafia.
La ONU está llevando a cabo dos investigaciones sobre la UNDCP. La primera crítica señala que Arlacchi no respetó los trámites burocráticos de la organización y mantuvo desinformados a sus colaboradores. 'La actual gestión no puede mantenerse así', especifica el informe de la ONU. Las otras pesquisas se centran en la iniciativa de Arlacchi de financiar la vuelta al mundo de un barco velero para alertar sobre los peligros del tráfico de drogas e informar sobre el papel de la agencia, un proyecto en el que invirtió parte del presupuesto.
Arlacchi ha defendido su actuación asegurando que se le critica porque no es un burócrata. Ha reconocido que la idea del barco no estuvo muy inspirada y que no se trata de una malversación de fondos. El italiano fue elegido personalmente por Annan debido a su experiencia sobre el terreno en la lucha contra el narcotráfico. Los cambios de gobierno en Washington y Roma han acabado por debilitar la situación de Arlacchi, cuya afiliación socialista no cuenta con el respaldo de Silvio Berlusconi.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 26 de julio de 2001