El único aeropuerto internacional de Sri Lanka fue reabierto ayer, al día siguiente del ataque de un comando suicida del grupo rebelde Tigres Tamiles, que provocó 21 muertos, la destrucción de 14 aviones (la compañía nacional ha perdido la mitad de su flota) y la interrupción durante 36 horas del tráfico aéreo en la isla. Los 4.000 turistas occidentales bloqueados en Sri Lanka irán abandonando el país paulatinamente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 26 de julio de 2001