Quiero denunciar públicamente que muchos camiones portacontenedores utilizan un claxon potentísimo que les sirve a sus conductores para avisar a los trabajadores de las obras para que acudan a ayudar en las tareas de carga y descarga de los contenedores.
La potencia de tales bocinas sin duda sobrepasa en decibelios todos los límites permitidos, y destroza los tímpanos y los nervios de cuantos peatones y vecinos se encuentran en los alrededores del sitio en que tales camiones efectúan sus maniobras.
Por ello, ruego a las autoridades, municipales y de Tráfico, que tomen las medidas necesarias para prohibir radicalmente el uso de tan ensordecedoras señales acústicas y ordenen la retirada de esos cláxones de los vehículos en que estén instalados.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 27 de julio de 2001