Hay películas invisibles más bellas que el cine de ruidos. A mí me bastan el chipao, el abánico y las palabras de Víctor Erice para imaginar las calles y los ojos del Shanghai prometido. Una pena que el grito de 'Españacine va bien' necesite luces artificiales y mentiras. Quizá el problema sea que cuando el silencio gana, no hace ruido: Erice, Jordá, Recha, Guerín, Patino...
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 27 de julio de 2001