Este año las fiestas de Pozuelo han sido divertidas. ¡Qué razón tenía el alcalde cuando tomó la decisión, el verano pasado, de prohibir los chiringuitos de PSOE, CC OO, UGT y PP! Entonces no lo entendí, pero es que estaba reservando ese espacio para actividades mucho más acordes con su modelo de ciudad ideal.
'Despolitizar las fiestas', ése fue su lema, y eso está bien, porque me he sentido muy tranquilo y seguro mientras tomaba una cervecita, viendo lo nunca visto hasta ahora: carreras de jovencitos y no tan jovencitos, policías municipales, policías nacionales e incluso antidisturbios (lo cual me pareció todo un lujo); sólo me faltó aplaudir.
La prueba de que fue una buena decisión política, eso de 'despolitizar las fiestas', es que este año casi todos los periódicos han hablado de ellas, e incluso la tele.
Bueno, sólo me queda felicitar al alcalde y a su equipo de gobierno, porque, aunque casi siempre toman medidas antipopulares, el tiempo les da la razón y ya podemos presumir en Pozuelo de tener nazis de verdad como en otros pueblos, que mantengan nuestra ciudad bien derechita.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 29 de julio de 2001